Saltar al contenido

LOS RAQUEROS, CURIOSOS DELINCUENTES SANTANDERINOS

Quizá para muchos de vosotros no os signifique nada conocido, pero para un santanderino la palabra raquero es sinónimo de pequeño delincuente busca vidas.

Estos personajes abundaban en el puerto de Santander intentando ganarse algunas «perras» para poder subsistir.

Os contamos su historia, es una mezcla entre triste y curiosa que es significativa en la ciudad de Santander.

Los Raqueros de Santander, su historia

A finales del siglo XIX y principios del XX abundaban en el puerto de Santander niños marginales, normalmente huérfanos, vestidos con harapos que intentaban ganarse la vida como podían para poder llevarse un chusco de pan a la boca.

Estos «raqueros» cometían pequeños hurtos y se dedicaban a tirarse, desnudos o semidesnudos, a las frías aguas de la Bahía de Santander. Rescataban las monedas que los tripulantes de los barcos y viandantes arrojaban al mar a la espera de que fueran rescatadas por estos jóvenes.

Monumento a Los Raqueros

En el año 2007, junto al Club Marítimo de Santander, se coloco el monumento que le dedica la ciudad de Santander a uno de sus iconos, los «raqueros».

Este monumento formando por cuatro estatuas de bronce realizadas a tamaño natural reflejan a cuatro pequeños raqueros en plena acción, intentando rescatar unas monedas lanzadas al mar cantábrico.

El monumento está formando por una estatua que mira a la bahía, dos de ellos sentados en el muelle y una más lanzándose al agua.

Así los describe José María de Pereda en la placa que acompaña al monumento.

«Descritos por José María de Pereda, que en los siglos XIX Y XX frecuentaban las machinas y acostumbraban a darse un cole en puerto chico, buceando en las aguas de la bahía para recoger las monedas que los curiosos les lanzaban.»

La curiosa historia de estos jóvenes ha quedado marcada en la historia de Santander y es parada obligada para todos cuando visitéis la capital de Cantabria.

Cómo llegar al monumento de Los Raqueros